miércoles, 12 de julio de 2017

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BY Unknown No comments



Hay que mantener distancia.
No hablar de más.
La piel
ante la fricción del tacto
se deslava.
Se llenan los labios de hollín
por las palabras que arden.
Mejor la nada.
La luz brillando en el cuarto vacío.
El silencio que finge ser compañía.
Ser cuidadoso.
Si se escribe de más
las palabras valen menos.
Decir lo indispensable.
Hablar de drogas
o de sexo
o de revolución.
De cosas que importen.
Hay que mantener distancia.
Enviar gatitos
o figuras sonrientes.
Las palabras sobran.
Todo puede ser dicho
aunque no haya nada que decir
y solo se tengan ganas de golpear la cabeza contra el teclado.
Espero.
Esperamos una palabra,
una pista
de que alguien espera del otro lado.
De que no somos los únicos
sin tener nada que decir.
Es tan importante
arañar las teclas
y lamer las pantallas.
De esto se trata.
De no dejar vacío el buzón,
de tener siempre una mecha encendida,
de estar cerca de alguien
sin estar tan cerca
para que pueda ver lo vacíos que estamos.