martes, 3 de julio de 2018

BY Unknown No comments

Cuando nos encontramos por accidente, en un cruce de una calle que nunca tuvo nombre no me miraste a los ojos. Busqué con la mirada si había algo clavado en tu cuerpo de esto que me hace falta. No había heridas ni gota de sangre. Había estrellas ahí donde puse una daga. Hay recuerdos que terminan siendo menos que cicatrices. Lo entendí cuando quisiste decir mi nombre y no lo recordaste. Me dio gusto saber que has sanado, que...