sábado, 13 de junio de 2015

La medida de todo

BY Unknown IN , , No comments

Todo es pequeño si lo comparas con el universo.
Soy solo hormiga al medirme con los astros,
sombra al compararme con las estrellas.
Pero ¿cómo ver hacia abajo?
Decirme si hay otro sitio donde poner los ojos,
donde descansar las manos.
Si aún hay en este mundo
un espacio que me contenga,
un nido donde reposar,
silencio en medio de esta ciudad que grita hambrienta.

Soy la fuente de mi propio dolor.
Cirio antiguo,
el humo de mi llama es mi tristeza.
La grieta que llevo en el pecho es mi oasis.
La grieta que llevo en el pecho
la hice yo mismo rascando.
Soy mi condena señor,
mi enemigo.
Corazón hace una revolución en mi contra.
Estoy atado por mi propia carne,
soy mi víctima
y no me tengo piedad.
La piedad es para la gente de alma frágil
y yo soy de roca,
montaña madre de mil derrumbes
y me tengo fe,
me paro a mí mismo todos los días al despertar,
soy un recién nacido que nace a diario,
un niño que quiere hacer un nuevo continente arrojando piedras al mar.
Y no me quejo de la tristeza,
ella me ama y me acaricia como un gato
y yo le canto.
Hacemos alquimia.
Escribir poesía es transformar la tristeza en aves.
Poblar el cielo.
Ser el líder de una parvada de alas negras,
las más hermosas.
Soy el pastor de un rebaño de ovejas sin cabezas,
de un cortejo fúnebre.
Escribir poesía es renacer en cada hoja
pero primero morir mil veces.
Celebrar mi propio funeral,
compartirlo con ustedes
mientras leo los versos de lo que será mi muerte un día.
Moriré de silencio,
de cáncer de silencio,
 de síndrome de silencio,
de silencio tipo b,
del contagioso,
del que se propaga viendo a la gente a los ojos.
Y no es la compensación.
Poesía es la resistencia,
la guerra civil de Adrian contra Adrian,
la lucha del hombre
que tiene la nostalgia del mar
contra las olas embravecidas
de una marea implacable,
del huracán que se agita en mi pecho.

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