lunes, 15 de junio de 2015

Todo lo bello se pudre

BY Unknown 1 comment

Debemos viajar con poco equipaje,
casi desnudos
sin brújula
ni mapas
ni senderos.
Perdernos desde el primer paso.
Nunca buscar el rumbo.
Perderse siempre es el camino correcto,
deambular,
andar en círculos,
llenar cada grano de arena de este desierto
con nuestros pasos.
Ese es el único camino posible
para llegar al silencio,
al amor,
a la soledad,
a los cuerpos que se abrazan,
a la sabiduría,
al olvido,
al alivio,
a uno mismo.

Perderse
y sentir las tristezas más bellas del mundo.
Solo se siente tristeza por las cosas hermosas.
La tristeza es la muerte de todas las cosas bellas,
su canto fúnebre,
es andar por el mundo
sabiendo que todos los sitios donde se pudiera llegar
son una futura ruina,
la semilla de un holocausto,
un pueblo fantasma,
una ventana rota
pero que aun así
brillan.

Andar perdidos desde el principio.
El hombre nace llorando
y su llanto es una premonición.
Todos los recién nacidos son profetas del llanto del mundo.
Aquí,
en el llanto,
está el futuro:
míralo.

Dejo aquí,
en el lugar donde nos dimos la mano por vez primera
mi equipaje,
mis ropas
y
este poema
que es todo lo que tengo.
Este poema
como un pozo de agua,
un árbol frutal,
un nido de cuervos,
una tela de araña,
un lodazal.
Dejo este poema
como una señal
de que todo lo bello
se pudre
y que con gran orgullo
puedo decir
que los besos que te di
son el charco de lodo más bello de todos.


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